
No sabemos vivir sin ellos y vivimos sin saberlo.
El primer cajón
de todo ser humano es el vientre materno, de ahí en adelante, vamos de cajón en
cajón entrando y saliendo.
¿Qué es un cajón?
Es un espacio que
condiciona, guarda, archiva o selecciona.
Se encuentra en
variadas formas, tipos y tamaños,
llenos y vacíos,
abiertos y cerrados.
Hay cajones
materiales de dimensiones amplias y estrechas;
cajones
emocionales que asfixian o liberan; cajones espirituales que salvan o condenan.
Se fabrican con
las manos, con filosofías o creencias.
Ahora estamos en
éste y luego en otro diferente.
Vemos cajones por
todas partes…
Cajones en
cajones llenando espacios vacíos.
Cajones suben y
bajan sin hacer escala.
Cajones sobre
cajones rascando el cielo infinito.
Cajones vuelan y
aterrizan del cielo a la tierra.
Cajones corren
por las arterias de la tierra como sangre por las venas.
La cama es el
cajón de los sueños.
Los vehículos son
cajones con ruedas.
Los zapatos,
cajones a los pies.
Los bolsillos,
cajones a la mano.
El sombrero, un
cajón de cabeza.
Por fuera o por
dentro solo estamos de paso;
si estamos afuera,
nos esforzamos por ingresar;
una vez adentro, nos preparamos para egresar.
Nadie debería
vivir tirado en la calle, ni pasar la vida encarcelado,
no hagamos de la
calle el hogar ni de la casa el universo.
Lo que llamamos "afuera" no es otra cosa que un
cajón más grande.
El cielo es un cajón lleno de estrellas.
De un lado está el infinito de adentro y, del otro, el macro
infinito.
Muchos sufren lo
que se podría llamar claustrofobia existencial, temor al encierro existente.
Sin embargo, otro tipo de personas parecen no afectarse en lo más mínimo.
Disfrutan lo que son y lo que hacen. Sin importar donde se encuentren, ellos distinguen
en el horizonte lo que los demás no visualizan. Estos seres viven como pez en
el agua, como cuchara en el cajón.
Pero, ¿qué es una cuchara?
Es lo que es sin
que nada altere su condición de ser.
No tiene ansiedad
por ser lo que no es, ni complejo por ser como es.
Su creador dijo:
“Esta es una cuchara”
Después de
eso, ¿qué le quedaba por hacer? _Conocerse
a sí misma y vivir como tal.
¿La imaginan sin
saber qué hacer con su diseño? Estaría frustrada o deprimida. Y, ¿quién la ha
escuchado gritar desde el cajón, a voz en cuelo? _¡Por
favor, sáquenme de aquiiiii! No pierde el tiempo intentando abrirlo
por dentro porque sabe que el cajón se abre por fuera y cuando menos se espera.
La cuchara nos sirve a todos pero, ¿quién piensa en ella cuando no la necesita
o le da las gracias al recibir su servicio?
Ella siempre
estar donde debe y, de no ser así, no faltará quien la ponga en su lugar para
que no se pierda o no estorbe. ¿De qué sirve fuera de lugar? Adorno no
parece.
Además, conocemos
el dicho: "No metas tu cuchara, si nadie te la pide"
Y, que se sepa,
no tiene problemas de autoestima. Sabe
muy bien para qué fue creada y, su disponibilidad está relacionada con su razón
de ser. La prisa no es su estilo de
vida. Cuchara que corre derrama lo que contiene sin alcanzar la boca que espera
recibir.
Una cuchara
confiable debe estar limpia, si desea prestar un servicio aceptable. Si no se
lava por iniciativa propia, siempre habrá alguien dispuesto a fregarla.
De la fuente al objetivo,
debe conservar el equilibrio.
El temple es
necesario si desea ser fuerte y resistente.
Fue creada
para ser lo que es, cuchara.
Su gloria es
hacer bien lo que de ella se espera: _Recibir, retener y entregar.
¿De qué serviría
si se apropiara de lo que no le pertenece?
De la superficie al fondo todo gira a su ritmo.
De la superficie al fondo todo gira a su ritmo.
Si algo aprendemos de la cuchara es a
revolverla, sin manchar el mantel.
Además, nos
señala la diferencia entre lo superficial y lo profundo que,
la sopa se enfría si se sopla, de
una comida a otra el sabor es diferente,
pero la cuchara
sigue siendo la misma. No se jacta de lo que traslada, ni se considera del menú
un ingrediente.
Está en el cajón
donde las cucharas aprenden a ser.
Habituados a ir
de cajón en cajón, abriendo y cerrando puertas, nos cuesta aceptar que se pueda
vivir sin tener control. La vida es un cajón
que el hombre no abre por dentro. Una mano invisible abre el cajón cuando menos
se espera, sin que podamos hacer nada para impedirlo. Las buenas y malas
noticias nos sacan del cajón donde estábamos, en un instante, a una realidad
soñada o la que tanto se teme. Como cuchara en el cajón esperamos que nos
llegue la hora. Cualquiera sea el cajón donde estemos lo único que debemos
hacer es prepararnos para enfrentar los cambios esperados. No sabemos el día ni
la hora, pero si podemos estar listos cuando el cajón se abra.
Sin estudios de ingeniería nadie
podría esperar que lo llamen de una empresa constructora para ser el ingeniero
encargado de una determinada obra.
El profesional se prepara para una actividad
laboral con la esperanza que el cajón se abrirá para lo que espera. Antes,
reparte sus datos académicos con la información necesaria para calificar. Sin
embargo, dependerá de un llamado y al pasar el tiempo, si no descansa en su
preparación, la espera se hará cada día más angustiante.
Lo que asfixia no es el cajón, es la prisa al forzar la salida. Si bien los estudios noshan capacitado para un determinado trabajo, nadie podría garantizar que por eso ese trabajo será nuestro.
Estamos en el cajón donde las cucharas
aprenden a ser.
Todos los días,
se descubren cucharas en diferentes cajones, pero muchas no saben lo que
son.