Si caes,
aprenderás a pararte.
Si caes y te levantas,
aprenderás a caminar.
Si caminas, caes y te pones de pie,
eres un maestro.
Si no tropiezas,
con la misma piedra,
ya eres perfecto.
Si llegas a ser santo
es porque Dios perdonó
todas tus caídas.
Las caídas no cambian
tu rumbo de vida,
lo confirman.
Queriendo cambiar la vida,
la vida me fue cambiando.
la vida me fue cambiando.
Si caes no te levantes
hasta que aprendas a caminar.
La prisa no tiene tiempo
para tomar lecciones.
Observa donde estás,
que aún en el piso,
el destino tendrá indicadores.
Aceptar las caídas
no es entregarse al fracaso.
No fuiste diseñado para fracasar,
pero si tendrás la experiencia
de saber qué significa.
¿Quién cae y queda en el piso
sin que nada lo impulse a parase?
Lo natural es ponerse de pie,
de no hacerlo costaría
toda una vida para adaptarse.
El que aprende del fracaso
descubre el éxito al que fue llamado.
Como los peces no nadan sin agua,
el hombre no camina sin caídas.