
El que camina con los pies
ni cuenta se da de ellos.
Transita por la vida
sin saber cómo lo hace.
El que camina sin cabeza
estará inutilizado,
el día menos pensado.
Andar con la cabeza
es conducir con destino,
conciente del camino.
De faltar los pies
útil serán las ruedas.
La función de una extremidad
podría ser circunstancial;
Caminar con la cabeza
es normal y natural.